
Estuvimos un buen rato sentados esperando la noche, pero el frío y el viento dejaba en nuestro cuerpo una sensación muy desagradable difícil de tolerar. Para luchar contra la espera y las condiciones meteorológicas decidimos dar un paseo alrededor del lago para entrar en calor y despejar un poco la cabeza. Finalmente la idea fue todo un éxito y después de ver unos cuantos rebecos nuestros trípodes nos esperaban en las brañas con ansia de foto.


Cada paso que dábamos mejora el tiempo, quién nos iba a decir que estaríamos fotografiando Somiedo en diciembre de noche a 12 grados, todo un acierto. Continuamos la noche fotografiando brañas no muy lejas del camino, estábamos cansados y todavía nos quedaban 5 km de pateada que aunque no sea mucho… puedo y dar fe que ejercer fotografía nocturna cansa mucho sobre todo mentalmente.
Cuando llegamos al coche estábamos muy contentos con los resultados, el cielo estaba de impresión pero no daban las fuerzas para nada más. Nos dirigimos a Ponferrada satisfechos y baldados. Dejamos muchas cosas por el camino, pero Somiedo es para mí un lugar de visita obligada por lo menos una vez al año. Volveremos…

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