domingo, 10 de junio de 2012

Las Fauces del Diablo es un pequeño cañón de roca pizarrosa situado en los Ancares, muy cercano al desvío a la localidad de Villarbón.

Lo recomendable de este cañón es hacerlo desde finales de mayo a mediados de junio. El nivel del agua es lo suficientemente fuerte para sentir una buena dosis de adrenalina, ya que en verano el río pierde mucha fuerza y su agresividad desaparece por completo convirtiéndose en zona de bañistas.

Aunque sea pequeño, tiene pasos complicados. El agua trae mucha fuerza y hay numerosos bloques desprendidos que pueden jugarte una mala pasada. lo bueno es que hay muchas vías de escape en todo el recorrido. No es necesario cuerda en ningún momento, el retorno se puede efectuar un tramo por el propio río con bastante dificultad por las corrientes o por una fácil trepada que nos conduce a la margen contraria del río.

Desde mi punto de vista 100 % recomendable, pequeño pero muy intenso. Lo bueno es que las aproximaciones son muy accesibles, por lo que no sería problema alguno repetir la hazaña las veces que queramos.

Al final hay un salto de unos 5 m no obligatorio.

Acceso: Desde una casa situada a la izquierda de la carreta, unos 25 m antes del cruce de Villarbón. 20 m mas adelante hay sitio para aparcar. Una vez encontrada la casa no tiene pérdida. Es seguir el río unos 30 m hasta nuestro destino.

Longitud: 150 M
Rapel más largo: 5 m, se salta. Opcional.
Conexión de coches: Innecesaria



viernes, 1 de junio de 2012

Nuevo Blog, Presentación

Bueno, después de darle alguna que otra vuelta me he animado a escribir un nuevo Blog.

Este Blog tratará principalmente sobre mis aficiones favoritas, es decir: Fotografía, Espeleología, Senderismo, barranquismo, Sky y en general todas las actividades que practico y me llaman la atención en esta vida. Aunque la fotografía globaliza y es el fin más directo de todo esto.
Dejo escrita mi biografía que preparé para una exposición fotográfica no hace mucho tiempo:


Adrián Vázquez Fernández, Diplomado en enfermería es un joven espeleólogo berciano encaminado a documentar fotográficamente las cavidades más importantes de España y de nuestra comarca. Su afición a la fotografía nocturna le llevo a seguir el mismo camino en este campo, aunque nunca ha descartado otras facetas de la fotografía como la crepuscular, faunística y larga exposiciones diurnas:


Cuando era solo un niño, sentía  un miedo irracional a la oscuridad. Quién me iba a decir que después de tantos años disfrutaría de la más absoluta oscuridad.

La espeleología se convertiría en el primer medio para desafiar mis demonios y sacar de mí el instinto que llevo dentro de querer buscar más allá de lo habitual. Explorando y conociendo un mundo inaudito, siempre he querido mostrar al exterior este maravilloso y peligroso universo de una forma personal y con mi propia visión artística. Fue entonces donde comencé a descubrir los secretos de la fotografía y a disfrutar de sus infinitas posibilidades.

Mi objetivo como fotógrafo siempre fue buscar en lo lejano, fotografiar lo no fotografiado y documentar lo desconocido. Dar vida de alguna manera a este mundo de aventura, compañerismo y de buenos valores. Una forma de superarse a uno mismo y encontrar la luz en este mundo de tinieblas que tan importante se ha convertido en mi vida. 

Después de un tiempo colisioné directamente con la fotografía nocturna. Qué sorpresa la mía cuando descubrí que las mismas técnicas fotográficas que había aprendido para documentar la magia del subsuelo, podían ser utilizadas en la noche para representar de forma poco común  todos esos paisajes, ruinas olvidadas, árboles solitarios que me habían maravillado toda una vida.

Mi cámara, mi Trípode , el Bulb y mis linternas me acompañan en todos mis viajes. Las estrellas decoran los cielos de mis fotos  y me guían en las noches de largas travesías, el silencio de la noche me transporta a un mundo de ensueño, la visión de todo tipo de animales que no se asustan de mi presencia, me hacen sentir que por una vez no soy un intruso en la naturaleza y la luna siempre ayudándome a iluminar las grandes montañas que rodean mi existencia y me envuelven dentro de este sueño del que muchas veces no quiero despertarme.

Por último no puede faltar un dato en este resumen de mi humilde trabajo. Puedo descender muchos pozos dentro del abismo, cruzar cursos de agua subterráneos a nado, portear material durante penosos recorridos e incómodas gateras,  esperar horas la llegada de la luna sentado en una fría roca, aguantar las bajas temperaturas con las que castiga la noche y la humedad que generan los ríos y lagos glaciares. Pero lo más difícil de todo es contar con amigos que me acompañen en esta aventura de la que todos forman parte. Amigos y familia que están ahí y hacen posible este sueño, ellos saben bien quien son y están presentes en todas mis fotos. 

Los Grandes momentos no hubieran sido los mismos sin haberlos vivido junto a todos vosotros, Espero que este episodio de nuestras vidas nunca llegue a su fin.